miércoles, 21 de noviembre de 2012


Tarta crumble de manzanas y moras


Hoy vengo con una receta de celebración, mi primer cumpleblog  fue ayer.
Me apetecía hacer algo que de verdad me supiera a celebración, recién cocinado y calentito.


Mientras escribo tengo el sabor y el olor en mis sentidos…


Quería una receta que fuera fiel reflejo de lo que más me inspira. Que aunara el otoño, las manzanas y uno de mis libros preferidos que está en mi compañía desde hace más de veinticinco años y que con solo echar un vistazo me entran ganas de cocinar y de pintar.


Está lleno de recetas de jarabes, confituras, chutneys, galletas y tartas todo ello con una raíz campestre y basada en las frutas y en el otoño. 


Las autoras a través de los bodegones fotográficos despiertan nuestras ganas de ponernos a hornear algo. Siempre ha sido un libro mágico… fuera el momento que fuera… su sola contemplación me hacía sentir bien.

Quería también que fuera una receta rústica y sencilla, reflejo de las cosas que más me gustan.

“Los brillantes rojos y dorados, los cálidos canelas y los marrones quemados de la madera y los campos, los huertos y los setos evocan el romanticismo y los placeres prácticos de la cosecha.”
Con estas palabras comienza EL CAMPO EN CASA.


En la tarta que he hecho no he seguido la receta que indicaba, solo la he utilizado como inspiración. La receta es un “remix total” de otras que he hecho otras veces y algún pequeño cambio nuevo.

INGREDIENTES:
150 g. mantequilla
150 g. azúcar
3 huevos
200 g. harina
2 cucharillas de polvos de hornear
125 ml. nata liquida

Relleno:
100 g. moras silvestres (congeladas, fruto de mis paseos de verano)
3 manzanas cortadas en rodajas no demasiado finas
25 g, mantequilla
25 g. azúcar
un poco de canela en polvo

Crumble:
60 g. mantequilla
50 g. azúcar integral de caña
75 g. harina



Primero de todo ponemos en una sartén los 25 g. mantequilla y los 25 g. de azúcar y las manzanas cortadas en rodajitas con la pizca de canela para que se vaya cociendo poco a poco, en mi caso al ser manzanas reinetas con 5 minutos fue suficiente. Dejar que se enfríe.
A continuación mezclaremos formando como migas los ingredientes del crumble, frotando hasta formar un granulado.



Con una batidora eléctrica mezclaremos la mantequilla  a temperatura ambiente (ligeramente blanda) y el azúcar de la base y cuando veamos que el resultado está cremoso vamos añadiendo uno a uno los tres huevos, finalmente la harina tamizada y el polvo de hornear y la nata liquida. Cuando todo esté integrado lo pasamos a un molde previamente forrado de papel de hornear y mantequilla, y lo distribuimos de manera regular. Colocamos las rodajas de manzana ligeramente cocinadas que ya estarán frías y las moras y sobre todo ello el crumble que ya tenemos preparado.


Y ya está lista para ir al horno, 180 grados durante 55 o 60 minutos dependiendo de cómo sea nuestro horno.
Si vemos que la superficie se tuesta demasiado la protegeremos con papel de aluminio.


Antes de sacarla del horno comprobaremos si está hecha con una brocheta, si sale limpia… ya está en su punto.     Dejaremos templar ligeramente y desmoldaremos (yo utilicé un molde desmontable pero no es necesario).
Templada esta riquísima y acompañada de helado forma una combinación perfecta.
Cuando esté fría, se puede templar en el microondas en la función de descongelar y queda como recién sacada del horno… menos el crumble de arriba que se reblandece ligeramente.

Y como banda sonora de esta receta, nada mejor que el incombustible Tom Waits y su mágica canción “The long way home” .


     feliz día

lunes, 12 de noviembre de 2012


Luz de otoño y recolección de manzanas

Días más cortos, temperaturas más bajas, lluvia más frecuente…




Pero cuando luce el sol podemos ver toda la explosión de colores que nos regala el otoño. No tengo adjetivos suficientes para describir ese esplendor, donde el verde de la hierba vuelve a ser tan intensos como en primavera…, con esas hojas de los arboles que antes de caer pasan por toda la gama de dorados y cobrizos… donde muchos arbustos maduran sus bayas que serán el alimento de algunos pájaros en invierno.




También son días de recoger las últimas frutas de los arboles ¡que placer!.
Manzanas, kiwis, uvas y los últimos membrillos. Pero las manzanas tienen una magia muy especial.


Después de un caluroso verano, y mucha sequía las lluvias de septiembre creo que ayudaron un poco a que no se quedaran las manzanas demasiado pequeñas… cosa que tampoco es que me preocupe demasiado.


Las manzanas, como los seres humanos, no crecen en serie todas del mismo tamaño… por mucho que parezca después de echar  un vistazo en las fruterías.

Desde aquí dejo constancia que no me gusta tener la sensación de que la fruta es un producto más de la industria alimentaria, sujeto a calibres, con conservantes y a nuestra disposición en cualquier mes del año aunque haya que cultivarlas en la luna…




Sé que no está al alcance de todos tener un huerto de frutales, pero también hay mercados de productores en algunas ciudades y algunas ferias que nos brindan la oportunidad de redescubrir el sabor de la “fruta natural”.






He improvisado algunas recetas de tartas donde la manzana no era acompañamiento ni adorno, era la base, el ingrediente principal.


Calentita, recién sacada del horno, llena del aroma inconfundible de la manzana “reineta” asada, con un pequeño toque de canela… ¡es una delicia!


Hoy para darles el cariño que merecen las traigo aquí en exclusiva, en días posteriores vendrán las recetas. Va a ser un placer que espero compartáis con migo.

                            FELIZ OTOÑO