viernes, 23 de diciembre de 2011


Á  LA CLAIRE FONTAINE, Y MI GALETTE.


“Al agua de una fuente un día me acerqué
Buscando la frescura para calmar mi sed,
Te quise toda la vida y nunca te olvidaré
Debajo de una encina me adormecí después
Un ruiseñor cantaba acompañándome,
Te quise toda la vida y nunca te olvidaré
En lo alto de una rama cantaba por placer
Ay… quien tuviera el alma del ruiseñor aquel…”










Dulce canción que comparte popularidad tanto en Francia como en Quebec  (Canadá) .
Yo la descubrí gracias a la conmovedora película  “El velo pintado”.
Francia ha exportado al mundo muchas cosas, desde sus fantásticos vinos, su cultura gastronómica, su dulzura…


Para mi es fuente inagotable de inspiración, los mercados de sus pueblos, sus boulangeries  llenas de panes llenos de autenticidad (Hay una ley que rige la manera de elaborar el pan, impidiendo añadirle aditivos, ni abusar de la cantidad de levadura).



Las patisseries son capítulo aparte,  ¡qué chocolates!, ¡qué tartaletas! y qué aroma desprenden solo al cruzar su puerta.

Por su proximidad, ha sido destino de muchos de mis momentos de ocio, sobre todo la zona de Lapurdi.


Siempre aprovecho estos viajes para llenar la despensa, mantequilla ECHIRE, harinas de panadería, sal sin refinar (maravillosa), azúcar en granulos, varas de vainilla y canela de Ceylan etc…


Son tantos los rincones labortanos en los que perderse, Baiona y su casco histórico, San Juan de Luz y sus macarons, Kambó les Bains y el museo Arnaga dedicado al autor de Cirano de Bergerac  y un largo recorrido jalonado por pequeños pueblos llenos de encanto.


Pero no puedo acabar sin mencionar a mi querida Biarritz, llena de belleza y aristocracia, pero cuando la conoces bien, no deja de ser una acogedora y sencilla villa, sobre todo si no la visitas en plena invasión de veraneantes.

La Galette des Rois es el dulce que llena las patisseries en fechas navideñas como tuve la oportunidad  de comprobar el año pasado.




Pero hay galette de todo tipo de frutas, durante todo el año, y es muy sencilla de hacer, ni siquiera necesita molde.




Unir la harina, almendra, azúcar glass, pellizco de sal con la mantequilla fría cortada en trozos pequeñitos, formando pequeños copos o migas, teniendo cuidado de solo unir, no amasar.
Después añadir el huevo, unirlo a la masa con cuidado y poner la masa resultante  envuelta en plástico film en la nevera durante al menos una hora.
Extender sobre plástico film, ayudándonos del rodillo, hasta conseguir una fina capa de masa lo más redondeada posible.
Voltearemos con la ayuda del plástico, sobre una bandeja de horno cubierta de papel de  hornear.

Colocamos las manzanas fileteadas en un bol, añadimos la cucharada de azúcar y la de mantequilla, las movemos para que se impregnen, y vamos colocándolas de una forma bonita.
A continuación doblas con cuidado los bordes hacia arriba y cierras la galette. Después pintas con huevo los bordes y ya está lista para ir al horno que tendremos previamente calentado a 190 grados. Después de 15 o 20 minutos, estará lista, puesto que se puede comer caliente, templada o fría.
Yo a mi masa le añadí unas pocas semillas de amapola, y se pueden emplear varios tipos de frutas distintas.






                             Suerte si  te animas a hacerla… y FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!!!!!

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