miércoles, 7 de agosto de 2013

BERENJENAS PARMESANA




Largiiiiiissssiiiiimmmmaaaa ausencia la mía. Soy incorregible,  me despido hasta pronto  y tardo casi dos meses en regresar…
He estado disfrutando mucho de mi faceta de hortelana y el blog se quedó dormido.


Supongo que no quedará nadie por ahí, pero por si aún alguien viene… ¡Feliz Verano!


Vuelvo con sabor a Italia, con una receta siciliana pero que se pueden  degustar en cualquier parte del país y que gracias a su calidad ha cruzado todas las fronteras posibles.

Me gusta la berenjena, su sabor profundo… que si se prepara asada a la brasa, su pulpa es caviar vegetal.


Esta receta es muy simple, pero ha sido un placer prepararla con la primera berenjena que he cogido en nuestro huerto este año.

Los sicilianos dicen que el secreto está en la manera de freír la berenjena. Se pueden cortar en rodajas y poner a asar en una bandeja de horno evitando de esta manera que absorba aceite y obteniendo un plato más ligero y saludable.

Pero una “mamma” siciliana me recordaría lo importante de ser fiel a las tradiciones y a su legendaria sabiduría culinaria.

Sin quitarle la piel se cortan las rodajas de algo menos de un centímetro, en mi caso a lo largo y se salan por los dos lados y se deja media hora en un escurridor. De esta manera sudan un líquido que es el que da el sabor amargo.

A continuación lavaremos las rodajas muy bien para extraer el exceso de sal y las secaremos con papel de cocina.

Después  pondremos una  sartén con mucha  aceite de semillas (soporta mejor las altas temperaturas) y cuando el aceite esté muy caliente con unas pinzas iremos sumergiendo las rodajas de dos en dos  hasta que tengan un ligero color dorado. Al sacarlas ponerlas en papel de cocina para quitar todo el aceite posible.
En una fuente de horno, pondremos en la base tomate frito, sobre él la mitad de las rodajas de berenjena y sobre éstas, rodajas de mozzarella, finalmente cubrir con tomate frito y parmesano rallado. Gratinar en el horno y ya estarán listas.

¡ BUON APPETITO !






Que mejor manera  de acompañar esta receta, que estas fotografías de nuestro paso por Italia que quiero dedicar de una manera especial a Marga que siempre me recuerda mis fotos de mercados. ¡Qué mejor manera de conocer un país que la materia prima con la que cocina!















¡Qué ganas de volver!