Tarta de
peras
y un
paseo por Burdeos y Saint Emilión
Vengo con
una sencilla tarta de de peras, que me ayuda a mostraros nuestro peral lleno de
frutos. Es de la variedad pera limonera y entre las variedades de peral que
tenemos es la más regular en cuanto a producción.
Para esta
receta escogí las más pequeñas porque me parecía más apropiado.
INGREDIENTES:
Para la
base:
250 g. de
harina
50 g.
almendra molida
200 g.
mantequilla fría cortada en trocitos
100 g. azúcar
glass
pellizco
de sal
1 huevo
Para el
relleno:
5 peras
pequeñas
125 g.
almendra molida
100 g.
mantequilla reblandecida
100 g. azúcar
2 huevos
2
cucharadas de harina
2 cucharadas
de cacao
Primero
de todo cocer las peras en agua azucarada y con un palo de canela para
aromatizar hasta que estén blandas pero no en exceso para poder manipularlas
sin que se rompan. Dejar enfriar en el agua y después dejar escurriendo en un
plato.
Mezclar
sin amasar los ingredientes de la base exceptuando el huevo que será lo último
que incorporaremos cuando con el resto de ingredientes hayamos formado como un
granulado. Una vez estén los ingredientes integrados formar un rulo y poner a
enfriar en el frigorífico cubierto con papel de aluminio.
Debe
enfriar al menos durante una hora y con ayuda de dos trozos de papel de horno y
un rodillo formaremos una lámina con la
forma del molde que previamente tendremos impregnado de mantequilla. Quitando
el papel superior y ayudándonos del otro colocaremos la masa sobre el molde.
Dejaremos en el frigorífico durante media hora mientras se calienta el horno a
190 grados y coceremos la base cubierta de papel de horno y legumbres secas
(que siempre utilizaremos para éste fin y reutilizaremos) durante 12 o 15 minutos.
Sacaremos
la base, pondremos el relleno y finalmente colocaremos las peras rociadas de azúcar
y finalizaremos la cocción de la tarta con 15 o 20 minutos dependiendo de
nuestro horno.
Y ahora
voy con la primera parte de nuestro recorrido veraniego, Burdeos y Saint Emilión un paraíso lleno de
viñedos y chateaux.
Este
viaje me ha ayudado a entender porqué tantas bodegas francesas tienen por
nombre el de un chateau. Nos encontrábamos con uno cada vez que nos colábamos en
un camino rodeado de viñedos.
Fue una
delicia visitar Saint Emilión un perfecto escaparate para poder visualizar la
mayor parte de la producción vinícola de la comarca.
Cada
recorrido por los alrededores escondía fantásticas sorpresas con boda en los
viñedos incluida… tengo que decir que en la comarca se pueden ver los viñedos mas increíblemente cuidados que uno puede imaginar.
Supongo que
guiados por el Dios Baco visitamos chateaux increíbles, a los que solo nos
llevó el azar de escoger un camino. Pudimos
vivir esa experiencia en la más absoluta soledad, inimaginable en pleno agosto. La historia de Saint Emilion se remonta a los
tiempos prehistóricos y es un lugar Patrimonio de la Humanidad, con fascinantes
iglesias románicas y ruinas que se dispersan a lo largo de calles estrechas e
inclinadas.
Los romanos plantaron viñedos en lo que se
convertiría con el tiempo en Saint Emilion ya en el siglo II a. C. En el siglo
IV, el poeta latino Ausonio alabó el fruto de la copiosa vid.
Estas fotografías serán testimonio de una
experiencia que sinceramente espero repetir, porque por cada camino escogido dejamos
muchos sin recorrer. Pura magia.
Me encanta esa zona, yo el año pasado estuve en la Dordogne y se me quedó sin visitar St. Emilion....¡pero volveré!, lo tenemos relativamente cerca de casa.
ResponderEliminarBienvenida preciosa, se te echaba de menos.
Un besazo
Marialuisa
Como bien dices tenemos esta zona relativamente cerca y yo también espero volver porque la experiencia ha sido buenísima.
EliminarGracias por tus palabras, pero mis ausencias son incorregibles.
Un beso.
Flor.
Me encanta como acabas esta entrada, para mí la sensación a la vuelta de un viaje es esa, que siempre quedan caminos para seguir en la próxima ocasión, que cada viaje es único y un mismo lugar pudo ser muchos viajes. Y una buena propuesta esta tarta para saborear la vuelta y si es cono fruta de casa mejor. Una combinación perfecta.
ResponderEliminar¡Hola Paloma!
ResponderEliminarEl azar dibuja nuestros caminos mucho mejor que nosotros, creo que dejarnos llevar sin empeñarnos en controlarlo todo es la mejor manera de disfrutar de los viajes y de "todo"...
Un beso.
Flor.